Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación*
La renuncia del ministro de Defensa Walter Ayala, anunciada por él mismo, tiene el claro interés de proteger al presidente Pedro Castillo por el abuso de poder cometido contra el excomandante general del Ejército, José Vizcarra Álvarez.
Vizcarra -conocido por su impecable trayectoria- denunció ayer por RPP que fue sacado de su cargo por negarse a un pedido, que le hizo el propio Castillo, para ascender a los coroneles Carlos Sánchez Cahuancama y Ciro Bocanegra. Este último es hijo de un amigo íntimo y paisano del presidente.
Los hechos ocurrieron en octubre, pero las represalias llegaron el miércoles cuando Vizcarra fue separado sorpresivamente de su puesto, designado por el propio mandatario hace apenas tres meses. Ni siquiera le avisaron de su retiro.
La versión de Vizcarra es demoledora. Se trataría de un claro abuso de autoridad, coacción y de intereses personales penados que implican directamente a Castillo.
El militar contó que, en un inicio, recibió presiones del secretario general de Palacio, Bruno Pacheco, y del ministro de Defensa, Walter Ayala, quienes le pidieron por esos dos ascensos. Le dijeron que era una solicitud del presidente Castillo. Vizcarra se negó. Les explicó que ambos oficiales no tenían las condiciones ni profesionales ni morales para ese beneficio.
El general narró que, incluso, llegó a pensar que se trataba de un pedido personal de Pacheco y Ayala, sin conocimiento del mandatario.
Para cerciorarse, le instó a Pacheco que le diera una audiencia con el presidente Castillo.
El relato de Vizcarra sobre el encuentro con Castillo es impactante: “Llegué a pensar que el presidente no sabía de esta situación. Entonces le expliqué (al presidente) la situación, y luego de que él me dijera cómo podía hacer para ascenderlos, yo le dije que era imposible porque sus puntajes no sobrepasaban a los demás candidatos”.
Vizcarra siguió contando: “(El presidente) Me manifestó si se podía hacer algo. Le dije que podía darle una vacante por decreto, pero le advertí que el impacto negativo iba a ser grande”.
Cuando se despidieron, Castillo le agradeció y le dijo que lo respaldaría. Le mintió cínicamente. Lo despidió.
Una situación similar ocurrió con el comandante general de la FAP, el general Jorge Chaparro, quien ayer también dijo que su separación se debía a presiones en los ascensos, que él no aceptó.
Más allá de lo que ocurra con el ministro Ayala y Bruno Pacheco, el gran responsable de este abuso contra los generales Vizcarra y Chaparro es el presidente Pedro Castillo. El tema no se debe quedar en la simple renuncia de Ayala. No hay que olvidar que lo primero que hicieron Alberto Fujimori y especialmente Vladimiro Montesinos, para perpetuarse en el poder, fue controlar a las Fuerzas Armadas.
Cuando fue elegido, Pedro Castillo vociferaba en plazas y calles que no aceptaría ‘tarjetazos’. ¡Su palabra de maestro está más que devaluada!
Nos vemos el otro martes.
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