Pedro Alejandro Castillo Loayza, de 33 años, llegaba a su casa luego de trabajar cuando fue acribillado a balazos por desconocidos que se desplazaban en moto lineal, en Santa Anita. Él murió a los pocos minutos, pero quien aún lucha por su vida es un niño de 10 años, de nacionalidad venezolana, que recibió una bala perdida en el tórax y ahora permanece hospitalizado. La Policía investiga el móvil del ataque, pero se presume que sería por el control en las obras de construcción de ese distrito.
El ataque ocurrió en horas de la tarde en la calle Roger Vidal.
Pedro Castillo llegaba a pie a su domicilio y no se percató que, a pocos metros, estaba su verdugo que, arma en mano, bajó de la moto en la que estaba, se le acercó y disparó varias veces.
De inmediato, el sicario huyó a la carrera y se subió a la unidad, que era conducida por un cómplice. Ambos escaparon.
La víctima fue conducida al hospital ‘Hipólito Unanue’, donde llegó sin vida.
A ese nosocomio también arribó el pequeño, quien, al cierre de esta nota, se encuentra delicado. Él vive por la zona junto a su madre Edilitza Alejandro, con la cual radica en el país desde hace seis años.
En el lugar, la Policía recogió tres casquillos de bala, calibre 9 milímetros. La Policía de Homicidios de la Dirincri indaga sobre el caso.
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