Nicolás Muñoz, analista de suministro de cobre en el equipo de metales bases de CRU, señaló que el 50% de los proyectos de cobre del mundo se encuentran en Latinoamérica, y de estos, el 25% está en Perú. Durante su exposición “Perspectivas globales de cobre” en el Jueves Minero, del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), destacó la importancia de aprovechar estos recursos ante la creciente demanda proyectada para 2034, estimada en 7.7 millones de toneladas debido a la transición energética.
“El concepto ‘oportunidad’ lo destaco porque, como podemos ver, la capacidad de proyectos no comprometidos, que aún están en etapa de toma de decisiones, más del 50% están concentrados en Latinoamérica y sobre ese 50% al menos un 25% está en Perú. El resto está en Chile y en Argentina, pero los principales productores de cobre mantienen una capacidad para seguir siendo líderes en la industria en los próximos 30 años”, manifestó Muñoz.
En su presentación, Muñoz destacó grandes proyectos en Perú, como Tía María, que contribuirán significativamente a cumplir con la futura demanda de cobre para tecnologías de energía renovable. “Estimamos que la demanda para el año 2034 requerirá al menos 7.7 millones de toneladas nuevas de cobre. Eso equivale a alrededor de 25 minas similares a Quellaveco y 20 minas similares a Antamina. Es un desafío tremendo que la industria tiene que cumplir”, anotó.
Sin embargo, Muñoz advirtió sobre los desafíos relacionados con la rapidez de implementación de los proyectos. La permisología y la burocracia pueden retrasar significativamente las inversiones mineras. “Un proyecto minero subterráneo desde cero, sin contar la etapa de prospección y exploración inicial, demora más de 10 años, y un proyecto open pit (tajo abierto) dura casi 12 años. Eso evidencia que cada paso en un proyecto toma tiempo”, expresó.