
No solamente la radiación solar genera deterioro de la epidermis, primera capa de la piel con la ruptura de la misma generando la aparición de arrugas; sino además, dañan la segunda capa, la dermis, generando un incremento en la producción de melanina y con esto aparición de manchas.
Esto provoca un envejeciendo más rápido la piel y la transformación de una célula sana en enferma. A este cambio se le llama displasia, pues el ADN se alteró. Así los carcinomas basocelular, espino celular y melanoma maligno pueden desarrollarse.
Por eso es importantísimo no olvidar el uso del bloqueador solar cuando estemos expuesto al sol y retocarlo después de baños prolongados o cada dos horas. Esta recomendación es importante recalcarla en el Día Mundial contra el Cáncer, que se recuerda cada 4 de febrero.

MÁS INFORMACIÓN:
EsSalud: Embarazada sufrió ruptura de hígado y médicos logran salvar su vida y la de su bebito