En Lima se calculan que existen 250 mil vehículos que prestan servicio de transporte de personas, de los cuales el 30% se hace a través de empresas de app-taxi cuyos socios conductores afiliados a Easy Taxi y Cabify cumplen con las obligaciones fiscales de carácter nacional y llegan a tributar hasta diez veces más que los del sistema de transporte tradicional.
Una de estas compañías es Cabify, que tributa el 100% de todas sus actividades al Estado peruano. “Cumplimos con nuestras responsabilidades tributarias y fiscales, porque mejorar las ciudades es nuestro compromiso. Por eso, en cada país en el que operamos tenemos constituidas sociedades locales con el objetivo de cumplir con los requisitos legales”, explicó Jorge Romero, country manager de la empresa.
Cabify cuenta con una base de datos detallada de sus socios conductores, quienes giran un comprobante de pago por todos sus servicios, que le permite a la Sunat tener acceso al detalle de todos los ingresos que generan en la plataforma junto con el respectivo pago de sus impuestos.
Con ello también se logra una formalización financiera de los conductores, que además mejoran sus opciones crediticias (por tener registro de sus ingresos), con lo cual van a poder tener más oportunidades de seguir emprendiendo comprando vehículos nuevos, educar a sus hijos y en general acceder a una mejor calidad de vida.
Cabe indicar que, un auto que trabaja con una app sustituye la necesidad de transporte de seis personas en promedio, lo que quiere decir que son seis veces menos carros particulares en las calles.
POR EL BUEN TRAYECTO
Retomando el tema de la regulación que será sometido a una segunda votación definitiva, Jorge Romero recordó que la iniciativa exige que todas las empresas del rubro tengan por lo menos una oficina administrativa debidamente registrada en el Perú y una central telefónica de atención, dos requisitos con los que cuenta Cabify en Lima, pues es una compañía que atiende a sus clientes en un horario 24x7.
A esto se suma que, previamente, los conductores de Cabify son rigurosamente seleccionados, es decir, pasan por un alto estándar de calidad. “Los conductores pasan por varios filtros antes de formar parte de nuestra flota, se les realiza una evaluación presencial, se verifican todos sus antecedentes, se ve su récord de conducción y se les realiza una prueba psicométrica (que evalúa la personalidad y las aptitudes)”, enfatizó Romero.
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