Para muchos, la comida arequipeña es una de las más sabrosas que tiene el Perú, por eso Richard de la Cruz Domínguez decidió compartir los potajes de su querida tierra con todos los limeños, al inaugurar hace 36 años su restaurante ‘La olla internacional’, en Comas, para satisfacer a los más exigentes paladares.
Uno de los platos más solicitados es la refrescante Zarza de patita, una delicia characata que enamora a cualquiera.
Para esta preparación, se necesitan cebollas rojas que son cortadas finamente al estilo pluma, jugosos tomates y el infaltable rocoto, porque como dice don Richard, “sin rocoto, no hay comida arequipeña”.
Estos ingredientes son mezclados con las patitas de cerdo que minutos antes fueron sancochadas en agua con laurel y un manojo de hierbas secretas para darle un sabor único. Cuando ya están cocidas, son sumergidas en un menjunje exclusivo de La olla internacional.
“Las patitas adquieren sabor con un aderezo que solo lo hacemos acá. Después son acompañadas con la cebolla, tomate, limón y papa huayro. Es una delicia”, agrega De la Cruz.
Otro plato ícono de la comida arequipeña, es el irresistible Rocoto relleno el cual es el preferido por los comensales del restaurante, quienes pueden esperar varios minutos con tal de probar este verdadero placer gastronómico.
“Todos vienen por el rocoto relleno, es el favorito. El sabor de nuestro rocoto es único, porque usamos ingredientes netamente arequipeños, pero sobre todo tiene el picor exacto que es muy agradable”, comenta el cocinero.
Antes de ser horneados, los rocotos son desprendidos de sus venas y semillas, luego son sancochados dos veces, en un lapso de dos minutos, para que tomen cuerpo. Aparte, preparan un relleno de carne de res y cerdo picada finamente.
“El relleno se hace con las carnes de cerdo y res, un aderezo de cebolla, ajos, páprika, orégano y unos ingredientes mágicos que le dan ese toque especial. Luego es colocado dentro de los rocotos y directo al horno”, cuenta.
Cuando ya están listos, los irresistibles rocotos son bañados en una salsa de leche, maní, huevo y resguardados por dos majestuosas papas huayro.
“Usamos papa huayro en todos nuestros platos, porque combina perfectamente con la comida arequipeña. Es el complemento perfecto”, comenta el también contador.
Pero quien se roba todas las miradas, es el Costillar de carnero merino, un crocante plato que hace pecar hasta al que está haciendo dieta.
“Después del rocoto relleno, el costillar es uno de los más buscados. Solo utilizamos carnero merino descargado para prepararlo, ahí está el gusto del plato”, afirma el orgulloso empresario gastronómico.
El costillar es sazonado con distintos condimentos arequipeños durante largas horas para que tome ese gusto único. Luego es colocado en aceite hirviendo para que suelte todo su sabor y salga doradito.
Una vez está tostado, es servido junto con papas enteras que segundos antes también fueron fritas. Y para darle el equilibrio necesario, una fresca zarza de cebolla roja hace su aparición.
Las ganas de Richard de la Cruz de compartir los platos de su tierra, son únicas. Por eso se ha propuesto que más limeños tengan el lujo de probar la gastronomía characata.
“Me propuse algo y es que todos deben probar la comida arequipeña. Será difícil, largo y tedioso, pero lo voy a cumplir, esa es mi meta”, afirma orgulloso.
Por eso en breve abrirá otro local en un punto de Lima, pero por el momento se le puede visitar en la urbanización El Álamo, en plena avenida Trapiche donde gustosamente lo atenderá.