
Bajo el sol intenso (que aún se mantiene pese al otoño) de Puente Piedra, Liz Bruno (26) y Michael Sobrevilla (24) nos muestran su pasión por las danzas folclóricas. Ella con la elegancia de la Jaujina; él con la picardía del Chuto, clásicos personajes de la famosa tunantada. Juntos ofrecen un espectáculo que emociona, une familias y hace llorar de nostalgia a quienes están lejos de sus raíces. Su amor de pareja se consolida cada día más porque tienen una meta clara: vivir de lo que aman.
¿Cuándo empezaron a vestirse de Jaujina y Chuto?
Liz: En enero de este año. Ambos venimos de elencos de danza. Decidimos unir nuestras experiencias para ofrecer un show que emocione a la gente.

¿Y cómo empezaron a bailar en las calles?
Michael: Fue nuestra forma de promocionar los shows. Salíamos a las calles con nuestros trajes y la gente sonreía, aplaudía y nos grababa. Ahí empezaron también a preguntarnos si hacíamos show. Bailamos en el centro de Lima, Puente Piedra, Comas… en diferentes lugares de Lima.
¿Por qué decidieron emprender con este tipo de show?
Liz: Yo soy animadora infantil desde el 2015 y él también ha sido parte de elencos de baile. Queríamos que los shows sean 100% tradicionales, adaptarnos a la región de nuestros clientes y hacerlos sentir como en casa.
¿También bailan otras danzas?
Liz: Sí, también hemos hecho Santiago, danzas de Cajamarca, Ayacucho y hasta del carnaval de Áncash. Cada personaje tiene su vestimenta, su esencia.
¿Tienen raíces en la sierra?
Liz: Mi papá es de Huancayo y mi mamá de Ayacucho. Mi pareja también tiene familiares de la sierra.

¿Tienen alguna anécdota especial en sus shows?
Liz: Una vez nos contrataron para una sorpresa. La familia del cumpleañero era de provincia; se emocionaron tanto con el show que terminaron llorando. Eso nos alegró mucho el corazón.
¿A qué se dedican cuando no están en el escenario?
Liz: Soy contadora. Trabajo en una firma de auditoría por las mañanas.
Michael: Yo soy asesor de ventas para bodegas, minimarkets y mercados. Trabajo todo el día en campo, sobre todo en Ventanilla.
¿Cuál ha sido el lugar más complicado al que han ido?
Michael: Una vez en Carabayllo tuvimos que caminar más de 20 minutos cerro arriba con todas nuestras cosas porque el carro no llegaba. Pero trabajo es trabajo y nada nos detiene.
Liz: También en La Victoria, por algunos callejones bien peligrosos.
¿Qué sueñan lograr con este proyecto?
Liz: Comprar un terreno y tener un negocio propio. Aunque trabajamos, los ingresos no son suficientes. Queremos estabilidad.
Michael: Yo tengo una hijita. Lo que más deseo es poder asegurarle un buen futuro.
¿Dónde pueden ubicarlos?
Liz: Pueden entrar a nuestras redes sociales. En Tiktok como @chuto.guapetn y @lm_producciones
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