
La microbiota es el conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, virus y parásitos) que reside en nuestro cuerpo y que a su vez pueden diferenciarse en comensales, mutualistas y patógenos. Le llamamos también la ‘flora intestinal’. Las funciones de esta microbiota tienen que ver con las actividades metabólicas, la absorción de nutrientes y de protección frente a los microorganismos patógenos o extraños.
Tenemos dos barreras que nos protegen: uno es la piel externamente y el otro interno es esa microbiota que, aunque parezca extraño para algunos, esta contenida en un gran canal llamado el tubo digestivo; digo esto porque si viéramos todo el recorrido desde la boca hasta el recto en una línea recta veríamos la luz del otro lado.
Un desequilibrio de esa microbiota nos llevaría al camino contrario llamado disbiosis, que no solo provocaría invasión de microorganismos patógenos, sino que son los causantes directos de esas enfermedades digestivas, pero aún más a procesos alérgicos, cambios en el estado de ánimo, diabetes y trastornos metabólicos.

¿Cuáles son los alimentos perjudiciales para el microbiota?
Mucho se habla absurdamente de las carnes, los lácteos e inclusive más absurdo: del gluten, que en realidad se ha convertido en una industria que solo ha servido para desinformar a la gente y seguir con esas modas absurdas que como médicos sabemos perfectamente no llevan a nada bueno.
Esto si está demostrado científicamente:
1.Los azucares son los causantes en la mayoría del crecimiento desmedido de algunas bacterias.
2.Los alimentos ultraprocesados, que por la cantidad de preservantes colorantes y saborizantes cargados en sodio, alteran el pH natural de la microbiota generando inflamación y gases.
3.El alcohol, que cambia considerablemente la estructura de la flora intestinal, traducido en dispepsias, tránsito intestinal acelerado, inflación y cólicos.
4.El sedentarismo. Hay que tener en cuenta que tenemos una musculatura externa consciente y una autónoma que es precisamente ese tubo digestivo; la falta de movimiento externo enviara información al cerebro de estar en ahorro energético y nuestras bacterias cambian considerablemente.
5.El famoso estrés. La información del cerebro ocurre por procesos bioquímicos, las cuales influyen directamente en algunos órganos siendo el más afectado el tubo digestivo, de allí que, bajo estados de estrés, este se altera produciendo dolores, diarreas y el conocido colon irritable. Todo esto lleva a desequilibrar nuestra microbiota también.
¿Qué hacer?
Comer mejor es hoy en día un pilar fundamental a la hora de hablar de salud; recordemos que el 70% de las enfermedades, incluido el cáncer, es por una mala alimentación. A esto hay que sumarle que gran parte de ellas se debe a ese desequilibrio en nuestra microbiota a la cual no le damos la importancia real.
Llenarnos de buenos deseos muchas veces no es suficiente como llenarnos de buenos alimentos.
Antes de cambiar tu alimentación con dietas extremas consulta con tu médico, es lo más recomendable y no solo para mejorar tu alimentación, si no también tu estilo de vida, que debe ser a largo plazo y no temporal.
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