Tras un día bajo el sol y en contacto con agua salada o clorada, nuestra piel sufre mucho. Quemaduras solares, sequedad, irritación o incluso manchas pueden ser el resultado. Para Sandro Tucto, médico dermatólogo de la Clínica Ricardo Palma, el cuidado posexposición es esencial para evitar daños mayores y mantener una piel saludable.
1. HIDRATA BIEN. El calor y el sol pueden deshidratar no solo la piel, sino todo el cuerpo. “Es crucial devolverle al organismo el agua perdida. Beber suficiente líquido ayuda a restablecer el equilibrio interno”, señala el especialista.
2. LIMPIA TU PIEL CON SUAVIDAD. Después de la playa o la piscina, enjuágate con agua potable a temperatura ambiente para eliminar residuos de cloro o sal. Esto previene irritaciones y sequedad.
3. HIDRATA Y HUMECTA TU PIEL. Utiliza lociones o geles a base de agua y productos como aloe vera o ácido hialurónico, para calmar e hidratar profundamente. “Estas soluciones son refrescantes y ayudan a desinflamar”, agrega.
4. REMEDIOS NATURALES. Si prefieres opciones caseras, puedes usar rodajas de pepino o tomate, que son hidratantes y refrescantes.
5. EVITA FROTAR LA PIEL. Sécate con suaves toques y no uses productos abrasivos (jabones, lociones con alcohol) que puedan aumentar la irritación.
¡Atención!
Si notas enrojecimiento intenso, dolor, ampollas o fisuras, o síntomas como fiebre o decaimiento, es hora de buscar ayuda médica.
Datito
Si pasas horas bajo el sol, nunca olvides reforzar la protección solar cada dos horas o después de salir del agua. Los protectores con SPF 50+ son los más recomendados.
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