POR: MIGUEL RAMÍREZ / Periodista de investigación
Amigos cercanos comentan que el expresidente Alan García está preocupado por lo que pueda decir Jorge Barata, el representante en Perú de la empresa corrupta Odebrecht, que se encargó de repartir millonarios sobornos y financió campañas electorales en el país.
En su desesperación, García ha puesto en marcha su conocido ingenio y astucia para tratar de confundir la estrecha amistad que tuvo con Barata y descartar cualquier tipo de negocios que ambos hubieran acordado durante su segundo gobierno (2006-2011).
Sin embargo, hechos que son públicos, lo desmienten estrepitosamente.
La semana pasada, García pagó una pauta publicitaria en Facebook para difundir un audio del 2016 donde Barata afirmó, ante una comisión del Congreso, que nunca hablaron de temas ilícitos en las innumerables reuniones que tuvieron en Palacio de Gobierno.
“El presidente García no se involucraba en ninguno de los temas de los proyectos de adjudicación. (…) No se nos ocurría llevar uno de estos proyectos a Palacio porque nos botaría de allí”, se escucha decir a Barata. Un poco más y santificaba a su amigo.
Lo que no se afirma en ese mensaje pagado es que, cuando Barata dio esa declaración, aún no estallaba el escándalo Lava Jato, no había delación premiada, por lo tanto, no estaba obligado a decir la verdad. Ahora, en su condición de colaborador eficaz, lo tendrá que hacer en las próximas semanas cuando sea interrogado en Brasil por el fiscal José Domingo Pérez.
No solo eso. En octubre del 2013 –en una declaración ante la comisión investigadora que presidió el excongresista Sergio Tejada- Alan García ¡negó conocer a Marcelo Odebrecht, el dueño de la empresa brasileña! ‘Solo conozco al señor Barata’, se le escucha decir a García cuando Tejada le preguntó por Marcelo Odebrecht y otras dos personas.
El mismo Odebrecht lo desmintió en noviembre pasado cuando fue interrogado por fiscales peruanos y brasileños: “Alan García era un presidente que tenía una estrecha relación con la familia. Conoció a mi abuelo en el primer mandato (1985-1990), luego a mi padre y después conmigo”.
De otro lado, una pista que aún no se explora son las cuentas en el Meinl Bank, de Antigua y Barbuda y Austria, tal como lo dijo la semana pasada la exprimera dama Nadine Heredia.
En un tuit, donde afirmaba que ni a ella ni a su esposo el expresidente Ollanta Humala les encontraron cuentas en paraísos fiscales, Heredia escribió: “Las decenas de offshore del sector de operaciones estructuradas en bancos, como el Meinl Bank (de Austria), se utilizaban para pagos no contabilizados fuera de Brasil para sobornos o favores políticos. ¿La Fiscalía ya analiza esos otros casos de quienes hoy dicen no sentirse aludidos?”.
El hombre clave en esas operaciones era Olivio Rodrigues, quien manejó 28 de esas empresas en Panamá.
De hecho, si Barata cuenta la verdad, se desatará un terremoto político con consecuencias inimaginables. Nos vemos el otro martes.
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